domingo, 24 de abril de 2016

El respeto por la fila

Estar junto a alguien puede ser una decisión personal o un accidente, tener una persona adelante y otra que parece le sigue, es posible en el transporte público y las llamadas filas o colas, estas últimas conformadas de unas pocas a miles de personas

En algunas colas se ve lo inverosímil; fanáticos con carpas o rotándose con alguien que entra o sale: la intención conservarla. Hay otros que hacen la fila para vender el puesto: un oportunista. En algunos lugares del mundo para comprar algo que le permita sobrevivir; comprando algo de comida; otros más para tener lo último en la tecnología celular (video)

Una fila puede ser voluntaria; asumimos sus consecuencias, son las que hacemos para conseguir algo que nos proporciona placer: conciertos, juegos y compras de lujos; filas evitables; las que hacemos para hacer algo que podríamos realizar en otro momento: gestiones de banco, pago de recibos; y las obligatorias; tomar el transporte colectivo, tomar un retorno en un vehículo o esperar para comprar en la cafetería universitaria.

Debería esperarse que en todas el respeto fuera la norma por quien está delante de uno. Sin embargo en muchas ocasiones aparecen los vivos: en un retorno hacen más de una fila para quedar primero, igual se ve cuando se pretende tomar el transmilenio; eso si ni pensar en invitar a respetar la fila porque recibirá una andanada de improperios. Otra que da mucha ira; el avivato que se adelanta en una vía de un solo carril: va en contravía. Quizá todos quieran pronunciar alguna palabra para que revise su conducta, con seguridad no serán suficientes para hacerle saber que está irrespetando a sus conciudadanos, es un caradura que tal vez lo que esboce sea una risa porque consiguió burlar la cultura ciudadana; este tiene su propia cultura: la del bárbaro.

En la universidad donde se esperaría encontrar un poco más la cultura del respeto; en algún momento un chico se adelanta porque su compañero de uniforme ha llegado antes, miran de reojo a quienes lleven un poco más de tiempo, no les importa que gesto haga el colega, el profesor o el empleado que juiciosamente ha respetado al arrogante recién llegado.

¿Será posible que todos los ciudadanos que sean capaces de respetar a quienes esperan realizar la misma acción y que tienen el mismo afán?. !Haga fila para saberlo!

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celio.pineda@gmail.com
@celiopineda


sábado, 2 de abril de 2016

Los comentaristas deportivos confunden con sus expresiones.

En cualquier transmisión deportiva emitida en Colombia, especialmente las del fútbol, con frecuencia algunos periodistas y exfutbolistas que comentan utilizan términos con los que en muchas ocasiones desorientan a lectores y escuchas (radio o tv), son expresiones que son tomadas de sus colegas europeos o argentinos.

De las narraciones o comentarios surgen esas expresiones como: "rosca" por nuestra muy colombiana "comba"; "derbi" por "clásico" (derby era muy conocido por acá refiriéndose a las carreras de caballos); "firmas el empate", queriendo llamar la atención si el encuentro terminará en empate; "selección absoluta" por selección de mayores, en Colombia copiado principalmente por el Sr. Velez; algo menos común el "caracolea" por el driblar;  "pichichi" cuando se habla máximo goleador en el fútbol español; trofeo otorgado en honor a Rafael Moreno "Pichichi"; uno más, "killer", delantero con mucho gol;
el "mister", no sobra el que la usa, pero igualmente extraña en nuestro medio, expresión del inglés, haciendo alusión al director técnico o como le dicen localmente el "profesor"; "revulsivo", parece que se refieren a un cambio, y la última (con seguridad hay más), el reiterado ex para mencionar -tornándose fastitioso - que jugó en..., para algunos jugadores en justicia debería repetir el ex más de diez veces.

Muchas, sino todas las expresiones hacen parte de la jerga utilizada por locutores y comentaristas españoles, especialmente los de la COPE  y la SER, las radios más escuchadas en España.  

Los periodistas colombianos que usan este lenguaje parecieran convencidos de que la única radio que escuchamos es la nuestra y que por lo tanto son muy creativos.  En muchos casos más, el resultado del uso de estos vocablos, lo único que consiguen es confundir a los oyentes o televidentes.

Uno de los aspectos que en realidad nos hace diferentes es: la autenticidad, la creatividad, o innovación, como la que si muestran algunos narradores, con lo que la afición les va reconociendo, apreciando y que adicionalmente le sacan un sonrisa al oyente; "campeón mundial de positivismo", "dele una dosis de megapixeles", expresiones que no solo sacan de repente una sonrisa sino que hacen más agradable una transmisión deportiva. ¡Bien por ellos!

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